El Cardenal Secretario de Estado presidió en la Capilla Paulina la Misa de inauguración del año judicial en el Vaticano: el reconocimiento de circunstancias atenuantes en el ejercicio de la justicia no debe confundirse con un "buenismo" genérico, del mismo modo que la misericordia de Dios -incondicional e incesante para todos- implica "el claro reconocimiento y la consiguiente condena del mal cometido...".