El 14 de septiembre de 2024, el agente pastoral comprometido con la protección del medio ambiente fue asesinado. El arzobispo Nácher Tatay, presidente de la Conferencia Episcopal, declaró: «Su voz no ha sido silenciada, sino que resuena con mayor fuerza; su mensaje ahora forma parte de la conciencia de un pueblo». Los obispos exigen la identificación de los instigadores del asesinato.