La vida religiosa -tanto la contemplativa como la activa como la conocemos hoy- ha evolucionado a lo largo de dos milenios. En este segundo artículo, Christine Schenk habla de una investigación original sobre evidencias arqueológicas relativas a la actividad de las mujeres del cristianismo primitivo, detectadas en frisos de sarcófagos fechados entre finales del siglo III y principios del siglo V