Durante su visita al sepulcro de San Pablo, el Papa León XIV ofreció una homilía en la que destacó que toda vocación cristiana nace del amor gratuito de Dios y requiere una respuesta libre de fe obediente. Inspirado por la carta de san Pablo a los Romanos, el Pontífice subrayó que la salvación no es automática, sino fruto de un misterio de gracia y adhesión personal. En el contexto del inicio de su pontificado, pidió la gracia de vivir su misión como sucesor de Pedro.