El Papa Francisco pronunció su mensaje navideño desde la Logia Central de la Basílica de San Pedro e impartió la Bendición Urbi et Orbi, concedió la primera indulgencia plenaria e hizo una invitación al mundo dividido por las guerras: "En esta Navidad, inicio del Año jubilar, invito a todas las personas, a todos los pueblos y naciones a armarse de valor para cruzar la Puerta, a hacerse peregrinos de esperanza, a silenciar las armas y superar las divisiones".