Tras despegar de Roma, Francisco saludó a los cerca de 70 reporteros, camarógrafos y fotógrafos que le acompañan en el viaje apostólico a Ajaccio: «Es un vuelo corto, pero quería saludarlos y agradecerles por su trabajo". Fueron numerosos regalos para el Pontífice, entre ellos una estatua de un ángel destruido y embarrado procedente de una parroquia de Valencia devastada por el temporal Dana.